A priori era la serie más desequilibrada en la Conferencia Oeste y los Suns debían demostrarlo sobre el parqué. La cuestión es que las cosas cambian en la NBA con un pestañeo.
Los Suns se plantaron en el Smoothie King Center sin Devin Booker (al menos dos semanas de baja) y con 1-1 en la eliminatoria. Seguían siendo favoritos, pero debían despejar una pequeña incógnita para que las alarmas no saltasen. Así lo hicieron. En un partido que llegó igualado a la recta final, supieron sufrir y dar el golpe decisivo en el momento justo.
Y es que por momentos la victoria estuvo en el aire. Phoenix logró una ventaja de hasta 13 puntos al comienzo del tercer cuarto, pero los Pelicans reaccionaron rápidamente. Ya entrados en el periodo final, los de Luisiana llegaron a los cinco minutos finales con un punto de ventaja. Fue ahí cuando los Suns se colocaron el mono de trabajo para lograr un parcial de 10-2 que les allanó el camino hasta el 111-114 final.
Para conseguir un triunfo tan sufrido, los de Arizona contaron con dos fantásticas actuaciones de sus dos piezas más relevantes junto a Booker. Chris Paul, un seguro cada noche, firmó un gran doble-doble de 28 puntos (18 en el último cuarto) y 14 asistencias. DeAndre Ayton no se quedó atrás y lo emuló con 28 puntos y 17 rebotes.
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