Los trabajadores automotrices en huelga en Estados Unidos están considerando ampliar su paro a más plantas si no se logran avances significativos en las negociaciones.
Desde el 14 de septiembre, el sindicato United Automobile Workers (UAW) ha estado en huelga en plantas de Ford, General Motors y Stellantis.
La principal preocupación de los huelguistas es la resistencia de las empresas a compartir ganancias récord y la estructura salarial escalonada.
Piden una reducción de la brecha salarial y beneficios adicionales, mientras que las empresas han propuesto aumentos del 20% en acuerdos a cuatro años y medio, la mitad de lo que exige la UAW hasta 2027.
Los Tres Grandes fabricantes de automóviles se ven afectados simultáneamente por estas huelgas, lo que aumenta la presión en las negociaciones.
Si la huelga continúa, otras empresas a lo largo de la cadena de suministro podrían verse obligadas a despedir empleados.
A pesar del apoyo público del presidente Joe Biden al UAW, no se han enviado funcionarios adicionales para ayudar en las negociaciones, lo que aumenta la incertidumbre sobre el futuro de la disputa laboral en la industria automotriz estadounidense.
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