Los datos de precios de agosto en Estados Unidos revelan que la lucha contra la inflación sigue siendo un desafío.
La subida en los precios de la gasolina ha llevado la tasa de inflación interanual al 3.7%, un aumento desde el 3.2% de julio y la segunda subida consecutiva después de un año de contención.
La Reserva Federal, que ha aumentado las tasas de interés para combatir la inflación, ve este dato como un recordatorio de que la estabilidad de precios aún está lejos del objetivo del 2%.
A pesar de la inflación general, las cifras del mes muestran cierto consuelo, ya que la inflación subyacente (que excluye alimentos y energía) ha disminuido ligeramente al 4.3% desde el 4.7% del mes anterior.
Sin embargo, esta cifra sigue siendo considerablemente alta y está por encima de las expectativas de la Reserva Federal.
El aumento de los precios de la gasolina, que representa casi la mitad de la subida mensual, contribuyó significativamente a esta inflación, aunque el precio del combustible es un 3.3% más bajo que hace un año.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, considera que la inflación aún no ha desplegado todos sus efectos y está dispuesto a ajustar las políticas según los datos futuros.
La cifra de inflación en agosto también presenta un desafío político para el presidente Biden, ya que lucha por convencer a los ciudadanos de que la economía está en buen estado.
A pesar de la creación de empleos récord y las inversiones en infraestructuras, la inflación ha erosionado su popularidad, y el alto precio de la gasolina se ha convertido en un tema sensible.
La Reserva Federal y la administración de Biden siguen trabajando para lograr un aterrizaje suave y controlar la inflación sin provocar una recesión, pero el camino hacia la estabilidad de precios se prevé largo y desafiante.
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