El Congreso de Estados Unidos se encuentra en un estancamiento político crucial mientras se avecina un cierre del gobierno para el domingo.
El Senado, controlado por los demócratas, está trabajando en un plan de financiación de siete semanas para evitar el cierre, pero la Cámara de Representantes, dirigida por una estrecha mayoría republicana, ha rechazado el plan.
El desacuerdo se centra en el tamaño del presupuesto para el próximo año, la ayuda a Ucrania en su lucha contra Rusia, los controles de inmigración en la frontera con México y los programas de bienestar social.
Si no se llega a un acuerdo, más de 4 millones de trabajadores gubernamentales podrían no recibir sus salarios, mientras que servicios esenciales como los puntos de control de tráfico aéreo y fronterizo seguirían operando, pero los parques nacionales podrían cerrarse, afectando a millones de ciudadanos.
La situación se complica aún más debido a las tensiones internas dentro del Partido Republicano, con facciones de extrema derecha amenazando con destituir al presidente de la Cámara, Kevin McCarthy.
El expresidente Donald Trump también ha ejercido presión a través de las redes sociales, creando un escenario político cada vez más complejo mientras Estados Unidos se acerca a un posible cierre del gobierno.
Las negociaciones continúan en medio de la incertidumbre sobre el futuro de las operaciones gubernamentales.
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