El turismo en Estados Unidos sufre un nuevo golpe tras el cierre del Gobierno

El cierre federal afecta aeropuertos, parques nacionales y museos, generando incertidumbre entre viajeros y operadores turísticos

Estados Unidos enfrenta desde el 1 de octubre de 2025 un nuevo cierre del Gobierno federal, el vigésimo desde 1976, tras el fracaso del Congreso en alcanzar un acuerdo sobre el presupuesto. La parálisis administrativa ha provocado la suspensión de numerosos servicios “no esenciales” y el cese temporal de miles de empleados públicos, con consecuencias inmediatas para los sectores del viaje y el turismo.

Aunque los controladores aéreos y el personal de seguridad en aeropuertos son considerados trabajadores esenciales y deben continuar en sus funciones sin recibir su salario de inmediato, la falta de personal y la incertidumbre podrían derivar en retrasos y cancelaciones tanto en vuelos domésticos como internacionales. Las autoridades recomiendan a los viajeros prepararse para esperas más prolongadas en los controles de seguridad.

Por otro lado, el transporte ferroviario no se verá afectado. La empresa pública Amtrak ha confirmado que sus operaciones continuarán con normalidad, a pesar de su dependencia parcial de fondos federales.

Parques nacionales y museos ante posibles cierres

El Servicio de Parques Nacionales (NPS) advirtió que hasta 433 sitios turísticos, entre ellos el Gran Cañón, podrían cerrar temporalmente. Durante el cierre de 2013 se cancelaron más de 8 millones de visitas, y en 2019 varios parques permanecieron abiertos, aunque con servicios limitados.

Algunos estados han decidido intervenir para evitar pérdidas económicasUtah, por ejemplo, mantendrá abiertos sus cinco parques nacionales —Arches, Bryce Canyon, Canyonlands, Capitol Reef y Zion— con menos personal y servicios reducidos, mientras que Colorado evalúa medidas similares.

Los museos federales, incluidos los 21 del Instituto Smithsonian en Washington D. C. y los dos de Nueva York, cuentan con fondos para operar hasta el 6 de octubre, pero un cierre prolongado podría obligarlos a suspender actividades. Incluso la Estatua de la Libertad, administrada por el NPS, podría verse afectada si la crisis se prolonga.

El cierre llega en un momento complicado para el turismo estadounidense. El precio del permiso ESTA para visitantes internacionales se duplicó el 30 de septiembre (de 21 a 40 dólares), lo que, sumado a la incertidumbre política, provocó una caída del 32,7 % en las reservas para el período de Todos los Santos respecto a 2024, según datos de Orchestra y Entreprises du Voyage.

Analistas advierten que este nuevo cierre genera un efecto paralizador sobre la confianza de los viajeros y operadores internacionales, afectando la imagen de EE. UU. como destino turístico confiable.

A pesar de la situación actual, el sector mantiene el optimismo de cara a 2026, un año cargado de hitos que podrían revitalizar el turismo: la celebración del 250.º aniversario de la independencia, el centenario de la Ruta 66 y la Copa Mundial de la FIFA, que atraerá a millones de visitantes.

Por ahora, las autoridades recomiendan a los turistas consultar fuentes oficiales como el sitio web del Servicio de Parques Nacionales para verificar el estado de las atracciones y planificar sus viajes con precaución. La resolución del presupuesto en el Congreso será clave para restablecer la normalidad y reimpulsar la confianza en Estados Unidos como uno de los destinos más visitados del mundo.

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