En respuesta al flujo desordenado de autobuses repletos de personas que ingresaron ilegalmente a los Estados Unidos a través de Texas, el alcalde de New York, Eric Adams, emitió una orden ejecutiva de emergencia.
La medida busca poner fin a la problemática causada por operadores que abandonaban a los indocumentados antes de llegar a su destino pactado o en lugares y horarios donde las autoridades locales no podían brindar apoyo humanitario.
La orden obliga a los operadores a notificar a las autoridades neoyorquinas con al menos 32 horas de antelación sobre su llegada, proporcionar detalles completos de los pasajeros, identificar a los niños y especificar si necesitan refugio.
Además, se exige información detallada del conductor y el vehículo.
Aunque algunos autobuses arribaron desordenadamente antes de la entrada en vigor de la orden, se estableció que solo podrán dejar a los inmigrantes en un lugar específico de Midtown entre las 8:30 am y las 12 pm.
Las empresas que violen estas disposiciones enfrentarán multas de $2,000 dólares y sus operadores podrían ser condenados hasta tres meses de prisión.
A pesar de estos esfuerzos, más de 68 mil indocumentados ya se encuentran bajo cuidado de la ciudad, generando un costo multimillonario para proveerles techo y comida, mientras New York se compromete a recibir a los inmigrantes, al menos hasta que el gobierno federal tome decisiones al respecto.
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