Calor extremo afecta la seguridad en prisiones de Arizona

En medio de la ola récord de calor que azotó Arizona durante el verano pasado, las prisiones del estado enfrentaron condiciones extremas, poniendo en riesgo la salud de reclusos y personal penitenciario.

Registros obtenidos revelan que las temperaturas en las celdas de 16 prisiones oscilaron entre 88 y 111 grados Fahrenheit.

Incidentes como empleados afectados en el techo de la prisión de Perryville resaltan los desafíos que enfrenta el sistema penitenciario en medio de condiciones climáticas extremas.

Las prisiones más afectadas incluyeron la Unidad Huachuca en la prisión estatal de Kingman, con temperaturas de 111.2 grados, y la prisión de mujeres de Perryville en Goodyear, donde ciertas celdas alcanzaron los 109 grados.

Además, informes detallan casos de reclusos y empleados hospitalizados por síntomas de enfermedades relacionadas con el calor.

Expertos y legisladores, como Michele Deitch y Analise Ortiz, critican las condiciones inseguras, instando a una acción urgente y una mayor transparencia en las medidas adoptadas por el Departamento Correccional.

A pesar de los cambios implementados en algunas instalaciones, persisten las preocupaciones sobre la falta de uniformidad en los registros de temperatura y la insuficiencia de sistemas de refrigeración.

La Comisión Independiente de Supervisión Penitenciaria, establecida en respuesta a problemas anteriores, se encuentra en revisión, destacando la necesidad de soluciones a largo plazo.

Con el proyecto de ley propuesto por Ortiz para investigar quejas penitenciarias, se busca abordar específicamente las “temperaturas habitables en las instalaciones penitenciarias”.

La espera por la modernización de sistemas de aire acondicionado persiste, generando preocupaciones sobre la seguridad y bienestar continuos en las prisiones de Arizona.

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