En un dramático episodio, un avión de Alaska Airlines, modelo Boeing 737-9 MAX, sufrió la pérdida de una ventana y parte del fuselaje durante un vuelo, obligándolo a realizar un aterrizaje de emergencia en Portland, Oregon.
Afortunadamente, no se reportaron heridos graves entre los 174 pasajeros y seis miembros de la tripulación a bordo.
La aerolínea, tomando medidas de precaución, ha inmovilizado temporalmente su flota de 65 Boeing 737-9, anunciando inspecciones integrales de mantenimiento y seguridad antes de reanudar operaciones en los próximos días.
El incidente, que provocó la despresurización de la cabina, está siendo investigado por la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte y la Administración Federal de Aviación (FAA).
El avión involucrado había obtenido su certificación de seguridad hace solo dos meses, realizando 145 vuelos desde su entrada en servicio comercial.
Este suceso revive preocupaciones en torno al modelo Boeing 737, que había enfrentado problemas previos y cuestionamientos sobre su seguridad, a pesar de las modificaciones implementadas tras los accidentes de 2018 y 2019.
Boeing, al tanto del incidente, colaborará en la investigación mientras la aerolínea y reguladores trabajan para comprender las causas del suceso.
La atención se centra en la seguridad de los Boeing 737-9 MAX y en las medidas de precaución necesarias para garantizar la confianza de los pasajeros en estos aviones de última generación.
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