Las comunidades del centro de Tennessee se vieron envueltas en una tragedia el pasado fin de semana cuando potentes tornados azotaron la región, cobrando la vida de seis personas y dejando a decenas más hospitalizadas.
Residentes describen escenas aterradoras donde casas móviles colapsaron, techos fueron arrancados y una iglesia entera se derrumbó.
Las secuelas de las tormentas dejaron edificios dañados, vehículos volcados y a decenas de miles sin electricidad.
Mientras la comunidad se une para ayudarse mutuamente, las autoridades locales informaron sobre más de 20 estructuras derrumbadas en Nashville y destacaron la magnitud de los daños en las subestaciones eléctricas.
La ciudad de Clarksville estima que la restauración completa del suministro eléctrico podría llevar varias semanas.
La tragedia revivió recuerdos de eventos climáticos severos ocurridos dos años atrás, subrayando la vulnerabilidad de la región a las inclemencias del tiempo durante el otoño.
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