La Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos ha presentado nuevas y rigurosas reglas que exigen la sustitución de las tuberías de agua con plomo en la mayoría de las ciudades del país en un plazo de 10 años.
La medida, parte de la administración Biden, busca reducir los riesgos asociados con el plomo en el agua potable, vinculados a crisis de salud pública en lugares como Flint, Michigan.
La propuesta, considerada la reforma más profunda en más de tres décadas, enfrenta desafíos prácticos y financieros considerables, pero se destaca por su potencial impacto positivo en la salud de la población.
Millones de personas consumen agua de tuberías de plomo, y las nuevas reglas, en caso de ser implementadas, no solo mejorarían los coeficientes intelectuales en niños, sino que también reducirían la presión arterial alta y enfermedades cardíacas en adultos.
La iniciativa refleja el compromiso de la administración de eliminar rápidamente las aproximadamente 9 millones de tuberías de plomo en el país, reconociendo la desigualdad en la exposición al plomo y destacando la importancia de invertir en infraestructuras seguras para garantizar agua potable sin plomo para todos.
La propuesta, denominada “Mejoras en las reglas de plomo y cobre”, marca un cambio significativo al exigir a las empresas de servicios públicos reemplazar tuberías de plomo, incluso si sus niveles no son excesivamente altos.
A pesar de los desafíos y excepciones contempladas en la propuesta, se presenta como un paso crucial hacia la equidad y la justicia, abordando problemas heredados y buscando un futuro sin plomo para todas las comunidades, independientemente de su ubicación o demografía.
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