El sindicato United Auto Workers (UAW) ha expandido su huelga contra General Motors (GM) en una de las plantas más grandes de la compañía en América del Norte.
Esta acción se produce después de que se alcanzaran acuerdos contractuales tentativos con los fabricantes de automóviles Jeep Stellantis y Ford.
La huelga afecta a alrededor de 18,000 trabajadores de GM en varias fábricas, incluyendo una planta en Spring Hill, Tennessee, que es crucial para la producción de GM en múltiples ubicaciones.
El UAW busca concluir las negociaciones con los tres fabricantes de automóviles antes de que los trabajadores de Ford y Stellantis voten sobre sus acuerdos tentativos.
Los acuerdos tentativos con Ford y Stellantis incluyen aumentos salariales generales significativos, el restablecimiento de ajustes por costo de vida, mejoras para los trabajadores temporales y garantías de empleo a largo plazo.
Estos acuerdos son considerados un “punto de inflexión histórico” por los líderes del UAW en la revitalización del poder sindical en los Estados Unidos.
A pesar de estos avances, el conflicto entre el UAW y GM continúa, lo que podría tener un impacto significativo en la producción de la empresa automotriz.
Este desarrollo es de gran relevancia para la industria automotriz y para los trabajadores en los Estados Unidos, ya que refleja un aumento en la influencia del sindicato y podría tener implicaciones a largo plazo en las relaciones laborales y la economía en el país.
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