Las proyecciones de la Oficina del Censo de Estados Unidos revelan que para 2060, 1 de cada 4 estadounidenses será de origen latino, consolidando su influencia en el escenario electoral.
Aunque no se puede considerar a los latinos como un grupo monolítico, la encuesta de la Universidad Internacional de Florida destaca que el 52.9% de los votantes hispanos cree que el país se está moviendo en la dirección incorrecta, con preocupaciones clave en la inflación, la economía y la inmigración.
A pesar de la tradicional afiliación demócrata, aumenta la tendencia hacia la no afiliación partidista entre los hispanos, lo que podría tener un impacto significativo en los demócratas.
La encuesta también indica un apoyo poco entusiasta para los posibles candidatos de ambos partidos en las elecciones presidenciales de 2024, con el 45% de los encuestados oponiéndose a la candidatura de Biden y el 57% rechazando la idea de ver a Trump en la boleta.
Ante este panorama, la atención estratégica de los partidos hacia el voto latino se vuelve esencial para el éxito electoral en el futuro cercano.
El camino hacia la Casa Blanca se intensifica con el voto hispano, una realidad que exige a los partidos invertir tiempo, esfuerzo y recursos para cautivar a una comunidad diversa y en crecimiento, cuyas prioridades y preferencias políticas desafían las expectativas partidistas tradicionales.
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